jueves, 14 de octubre de 2010

Miriam.


Caliente, era una tía caliente, era tan caliente…
yo no quería que se fuera con ningún otro,
pero si no llegaba a casa a tiempo
ella se habría ido y yo no podría soportarlo,
me volvería loco,
era una tontería, lo sé,
pero estaba atrapado, estaba atrapado.

Repartí todo el correo
y luego Henderson me puso en el recorrido de recogida nocturna
en un viejo camión del ejercito,
el condenado chisme empezó a calentarse a mitad del recorrido y transcurrió la noche
y yo pensando en mi caliente Miriam
y subiendo y bajando del camión
llenando sacas de correo
con el motor que seguía calentándose
la aguja de la temperatura al máximo
CALIENTE, CALIENTE
como Miriam.

Subí y bajé,
3 paradas más y llegaría a la estación, a mi coche que me esperaba
para llevarme hasta mi Miriam que estaría sentada en mi sofá azul con un whisky con hielo,
las piernas cruzadas, balanceando los tobillos
como le gustaba hacer.
2 paradas más.
El camión se paró en un semáforo,
fue un infierno hacerle arrancar de nuevo…
tenía que estar en casa a las 8; las 8 era el tope para Miriam.


[…]
Bukowski, “Cartero



Tras una vuelta atrás con el post anterior y después de vaciarme por dentro, os dejo este primer trabajo del máster, dónde teniamos que ilustrar un texto o canción, el mio, de Charles Bukowski.
Gracias por los post, y bienvenidos a Madrid.

2 comentarios:

  1. Si Miriam fuese la mitad de bella que la niña de la foto, haría el camino hasta ella a la pata coja si fuese necesario!!
    Bromas a parte, grandes fotos para ilustrar el texto.

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  2. Lo mismo digo para esta :)
    Me alegra volver a verte por aqui juju.

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